La captura y utilización de carbono (CCU) describe un conjunto diverso de tecnologías que permiten la captura y el uso de dióxido de carbono (CO₂) como materia prima renovable para productos esenciales como combustibles, productos químicos y materiales de construcción, que hoy en día se derivan predominantemente de recursos fósiles.
Las emisiones de CO₂ pueden capturarse directamente del aire (captura directa del aire, DAC, por sus siglas en inglés) o de fuentes puntuales. En este último caso, los sectores con altas emisiones, como la producción de cemento, la incineración de residuos y el tratamiento de aguas residuales, son especialmente adecuados como fuentes puntuales.
Las estimaciones prevén que el 21 % de las reducciones de GEI de las tecnologías provendrán de la captura directa del aire, lo que reducirá las emisiones de CO₂ en aproximadamente 250 Mt en la UE para 20502, y que la capacidad total de producción de nuevos productos basados en CO₂ aumentará de 1,3 Mt por año en 2022 a 6 Mt por año en 2030.
De esta manera, la tecnología de CCU contribuye a una economía circular en la que las emisiones al final de la vida útil de un producto se capturan nuevamente y se utilizan para fabricar nuevos productos. En combinación con soluciones de base biológica y reciclaje, CCU puede contribuir a un futuro sin combustibles fósiles. Además, la CCU puede convertirse en una tecnología de emisiones negativas si su demanda energética se cubre con fuentes de energía renovables y si el CO₂ capturado se captura en grandes volúmenes y se convierte en productos con una alta longevidad.