Hace ya 28 años que la Ley 29 de 19904 destacó la necesidad de incorporar la ciencia y la tecnología en las políticas de desarrollo económico y social, cuando el país iniciaba su proceso de apertura económica. Cuatro años después, la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo
propuso «una nueva visión del mundo liderada por los avances de la ciencia y la tecnología», para lograr «el país próspero y justo que soñamos»5 . Otros esfuerzos posteriores incluyeron